¿Qué son los antioxidantes?
En los últimos años, muchas publicaciones y estudios, han afirmado las propiedades (o falta de ellas) de los antioxidantes. El vocablo se ha convertido en un término habitual y cotidiano. Es probable que los antioxidantes no tengan las propiedades sobrenaturales que algunos les otorgan… pero esto no quiere decir, ni mucho menos, que no sean ni útiles ni recomendables para nuestra salud. ¿Hablamos un poco de ellos? Vamos allá.
Si algo han puesto en claro las muchas investigaciones, realizadas en los últimos años, es que alimentación y salud están estrechamente relacionadas. O sea, que somos (en gran parte) lo que comemos. Hasta hace poco, los principales estudios se centraban en los efectos de los nutrientes, es decir, hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas y minerales. Sin embargo, los alimentos se caracterizan por ser mezclas complejas, no sólo de nutrientes, sino también de otros componentes que se engloban en un grupo heterogéneo llamado no nutrientes. Entre estos estarían los antioxidantes.
Cuando hablamos de antioxidantes, a lo que nos estamos refiriendo es, en realidad, a la acción que vitaminas, minerales y otras sustancias fitoquímicas tienen sobre un elemento realmente nocivo para nuestra salud: los radicales libres. Y es que estos elementos, interactuando con elementos presentes en nuestras células, tienen la propiedad de oxidarlas… o lo que lo mismo: pueden alterar su estabilidad y funcionalidad.
¿Son realmente tan protectores los antioxidantes como los pintan?
La moda de los antioxidantes se remonta a los años 90 del pasado siglo, cuando diversos estudios científicos -a nivel químico- relacionaron el consumo de antioxidantes con la prevención o ralentización de un amplio abanico de enfermedades que iban desde el cáncer o enfermedades cardiovasculares a otras degenerativas, como el alzhéimer o el propio envejecimiento. Sin embargo, estos estudios solían ocultar dos trampas. La primera es que el efecto sobre los distintos tipos de población era divergente, aunque luego se homogeneizaba. Además, a menudo, las investigaciones se desarrollaban sobre la aplicación de dosis muy elevadas… mucho más de las que habitualmente están presentes en una alimentación variada y equilibrada.
Por último, y según la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) aún no se ha podido comprobar, de una manera irrefutable, la acción de los antioxidantes sobre la mejora de nuestra salud. Sin embargo, esto no quiere decir que una alimentación rica en antioxidantes no sea recomendable. Al contrario, lo es… y mucho.