Tomates Raf contra tomates no saben a nada
Los alimentos existen para aportarnos nutrientes (en el caso del tomate, nos provee de vitaminas y minerales -además de energía, vía los azúcares que posee) pero también para que podamos disfrutar con su sabor…algo que, evidentemente, un buen porcentaje de los tomates que hoy podemos encontrar en los mercados son incapaces de hacer.
Tenemos los Tomates Raf (o, por poner otro ejemplo, los Valencianos), en los que sí encontraremos el mucho placer de hincarles el diente. Sin embargo, la mayoría de los tomates que hoy se consumen quedan muy, muy lejos de este nivel de sabor, de textura. ¿Por qué sucede esto?
Antes de empezar a hablar del porqué del sabor (o no sabor) de los tomates, lo primero que hay que señalar es que son frutos climatéricos… esto es, que tienen la capacidad de seguir madurando después de haber cortado el fruto de la rama. Esto sucede gracias al etileno, una hormona que los tomates sintetizan de forma natural.
El problema es que, aunque el tomate madura, no lo hace -ni de lejos- como lo haría en su rama. Como siempre, para nuestra comodidad, si tuviéramos que esperar a que el tomate madurara directamente en la mata, sin utilizar esta aceleración, tendríamos un tomate más sabroso, pero su tiempo de vida sería mucho más corto. Esto no nos ocurre con los Tomates Raf… esos tomates de intenso sabor, color verde (que luego va pasando al rojo), forma un tanto irregular, surcos profundos… y que están uuuhhmmm.
La mejor época del año para llevarse un Tomate Raf a la boca es, sin duda alguna, la primavera. Durante esta estación, esta hortaliza está plena de sabor. Se puede incluir en muchas recetas… pero, seguramente la más apetecible y sugerente sea hacerlo en ensalada. Imagina: cortar un par de tomates Raf cuando han cogido su intenso tono rojizo simplemente aliñado con un buen aceite de oliva virgen extra y un poco de sal. Nada más…y nada menos.