El kiwi y nuestra piel
De nombre científico Actinidia chinensis, el kiwi es el fruto de una vigorosa planta trepadora que crece hasta alcanzar los 9 metros de altura. Amiga de las zonas de pleno sol o de penumbra, la planta del kiwi da un fruto de sobra conocido por todos: con forma de huevo, piel de color marrón y carne de color esmeralda punteada de semillas negras. Originario de China y Taiwan -pero hoy extendido su cultivo por prácticamente todo el mundo-, las principales zonas de cultivo se dan en Nueva Zelanda, California (EE UU) Italia, Francia, Israel y España.
Ya sea porque te lo comas o te lo extiendas por la piel (en forma de gel o crema) lo cierto es que los kiwis contienen vitaminas y nutrientes varios que contribuyen (de manera muy eficaz) a que podamos lucir una piel radiante. Esto se debe, principalmente al colágeno presente en la composición del kiwi… lo que, sin duda, ayuda a trabajar la firmeza de la piel. Sí, es cierto que nuestro organismo produce colágeno de forma natural… pero también es cierto que la producción natural de esa proteína disminuye con la edad… lo que provoca que la piel pierda elasticidad. Por esta razón, los ingredientes que estimulan la producción de colágeno en nuestro cuerpo, son un importante aliado a la hora de suavizar las marcas del envejecimiento de nuestra piel.
Evidentemente, no podemos detener, ni retrasar nuestro reloj biológico… pero si hacer que vaya más lento. Y es que, cada kiwi, es una verdadera bomba de antioxidantes, lo que ayuda a retrasar los efectos del envejecimiento sobre nuestro cuerpo. Y es que los antioxidantes neutralizan a los radicales libres que pueden dañar celular sanas y acelerar el proceso de degeneración, incluyendo los cambios en el grosor de la piel, elasticidad y firmeza.
¿Y qué puede hacer por nosotros la vitamina C que también contiene el kiwi? Comparable al que tienen las naranjas, la vitamina C acelera la curación de cortes y abrasiones. También sirve para prevenir la sequedad de la piel.
Una mascarilla de kiwi
Lo primero de todo, será hacernos con un kiwi y dos cucharadas de yogurt natural… ingrediente éste que también aportará vitaminas a nuestra piel. ¿Lo tenemos? Bien, entonces, vamos a prepararnos nuestra mascarilla. Para empezar, pelaremos el kiwi, lo cortaremos en pedazos y pondremos estos en un recipiente… junto con las dos cucharadas de yogurt. Hecho esto, batiremos hasta lograr una pasta compacta.
¿Ya tenemos lista la mezcla? Si es así, no nos quedará más que aplicarla, con suaves masajes, sobre nuestro rostro. La tenemos que mantener durante quince minutos sobre el rostro y eliminarla con agua. El efecto que tendrá será el de eliminar el exceso de grasa y equilibrar las diferentes partes del rostro. Junto a esto nos dará luminosidad y tersura, además de elasticidad. Es aconsejable utilizar una crema hidratante, después de haber retirado la mascarilla, por completo para conseguir una piel aún más bonita.